Brócoli y la mostaza para prevenir las enfermedades

En la naturaleza todo funciona mejor en sinergía, y gracias a la ciencia sabemos cada vez más cómo sacar le partido a los alimentos para que sus ingredientes activos se activen o se potencien mejor para nuestro beneficio. Seguramente ya conocías las propiedades de las crucíferas en general, ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes, pero te sorprenderá saber cómo el brócoli y la mostaza es un match perfecto para prevenir enfermedades y retrasar el envejecimiento prematuro.

Hablo mucho sobre los antioxidantes, ya que la oxidación además de la inflamación crónica son las causas principales de la mayoría de las enfermedades entre ellas la diabetes, enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y el cáncer. Y si queremos vivir más años y mejor, ante todo es importante la prevención de estas patologías.

El rey de los antioxidantes

El sulforafano, es un antioxidante que no sólo cumple la función como tal, sino que además es un regulador de la expresión de más de 200 genes. Su actividad mejora la respuesta al estrés oxidativo, incrementa la neuroprotección e inhibe el crecimiento de tumores. Esta molécula se encuentra presente en el brócoli y en otras crucíferas en forma inactiva como glucorafanina. Pero si no está activa no nos sirve de nada. Y entonces, ¿cómo se activa?

Pues para que se active tiene que entrar en contacto con una enzima llamada mirosinasa también presente en la planta y que se libera cuando la planta sufre un daño. Si si, ¿a que no sabías que las plantas sufren y hasta tienen sus propios mecanismos de defensa? Por lo tanto, hemos de cortar o masticar el brócoli para que libere la mirosinasa y convierta la glucorafanina en el sulforafano. Pero ¿a quién le gusta masticar el brócoli crudo?

Bueno, no conozco a mucha gente que lo coma crudo. Pero por otro lado, si lo hervimos destruimos la glucorafanina y ya no se convierte en el sulforafano. ¡Qué complicado! ¿No?

¡Que no cunda el pánico! jajajajaja y !sigue leyendo!

Sabemos que el brócoli crudo contiene hasta 10 veces más sulforafano que el cocinado. Pero comer lo crudo no es muy apetecible para la mayoría de las personas. Por lo tanto, la solución es poner lo al vapor 5-6 min para que quede al dente o en el microondas siempre tapado en un tupper y sin agua.

Aún y así no podemos evitar la degradación de una parte de la mirosinasa aunque cocinemos el brócoli a temperaturas bajas, y allí es donde entra en juego la sinergia de la que os hablé antes. Vamos a ver qué alimento contiene altas dosis de mirosinasa para agregar a nuestro brócoli. Y voilá es ¡La mostaza!

Gracias a un experimento se comprobó que si añadimos las semillas de la mostaza al brócoli cocinado multiplicaban por cuatro la biodisponibilidad de sulforafano. Increíble ¿verdad? Aquí puedes consultar el Estudio en cuestión.

Mi sugerencia es agregar la mostaza en la vinagreta con la que aderezar el brócoli picado en trozos pequeños hecho al vapor.

Aquí tienes la receta de la vinagreta

Ingredientes:

  • Aceite de oliva virgen extra
  • Un chorrito de limón a tu gusto
  • Mostaza de Dijon al gusto
  • Una cucharada de miel cruda

Y ya tenemos una vinagreta deliciosa para nuestro brócoli y con todas las propiedades antioxidantes.

¡Cuentame que te pareció!