¿Comer menos puede beneficiar nos para vivir más y mejor? ¿Qué es la restricción de calorías y qué dice la ciencia al respecto?

La idea de que los organismos pueden vivir más y mejor recortando su ingesta de calorías no es algo nuevo. A día de hoy muchos laboratorios han realizado estudios diversos en animales donde comprobaron que aplicando la restricción calórica, éstos llegaron a vivir más con menos incidencia en las enfermedades. Sin embargo este tipo de estudios ha sido difícil de realizar en seres humanos o primates ya que vivimos muchos más años y el estudio duraría mucho tiempo.
Aún y así, la organización CALERIE ( Comprehensive Assessment of Long term Effects of Reducing Intake of Energy) patrocinada por el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos ha sido una de las primeras en realizar el experimento en seres humanos. El objetivo era observar si responden igual que los animales estudiados, al menos en cuanto a la mejora de salud, lo que a la larga extendería sus años de vida.  Estudio

¿En qué consistió el estudio?

Pues bien, se escogieron 218 personas no obesas entre edades de 21 a 50 años a los que les disminuyeron la ingesta calórica en un 25% durante 2 años.
Aunque la pérdida de peso no era el objetivo del estudio, las personas: perdieron peso sin ningún efecto adverso como anemia, pérdida de densidad ósea o desórdenes menstruales. Se observó una mejora en los niveles de colesterol triglicéridos, sensibilidad de insulina y presión sanguínea.
Así se comprobó que incluso personas sanas se pueden beneficiar de la restricción calórica.
Al final se trata de optimizar nutrientes, es decir, consumir alimentos densos nutricionalmente y eliminar los que no lo son y que además aportan muchas calorías. Ese 25% de calorías podría corresponder perfectamente a una bolsa pequeña de chips, un refresco o un snack no saludable.
Un buen ejemplo de restricción calórica y longevidad son los habitantes de la isla de Okinawa en Japón. Su mantra es “Come hasta estar 80% lleno” un legado del filósofo chino Confucio que siguen aplicando hasta ahora en Asia.
Te invito a que lo apliques en tu día a día. Creo que la mayoría estamos sobrealimentados y ya ni sentimos sensación de hambre y comemos por comer o porque toca. Las abuelas y las madres tampoco nos lo han puesto muy fácil la verdad. ¿A quien no le han dicho de pequeño alguna vez? – ¡Hasta que no te acabes el plato no te levantarás de la mesa! Creo que no soy la única que se quedó en la mesa durante horas y horas…
Ahora que ya sabes los beneficios de comer menos, ¡te invito a que lo pongas en práctica!