¿A quién le gustan las sardinas que levante la mano?
¡Yo la primera! De lo que no soy tan fan es de prepararlas frescas en casa. Pero hay otras opciones, mucho más fáciles e ricas como este paté de sardinas. Lo mejor de todo es que no implica muchas horas para prepararlo, algo muy a tener en cuenta con la falta de tiempo que tenemos.
Si te gusta dipear, ¡te encantará! En invierno la acompaño con unos chips de boniato hechos al horno. Y en verano con crudités como pepino, apio, zanahoria, o encima de unas tostadas.

Por cierto, ¿sabías que el nombre de Sardina proviene de la isla de Cerdeña, (Sardinia en latín)? Se dice que antiguamente en las costas de esa isla italiana había sardinas en abundancia, de allí su nombre.
A diferencia de otros pescados azules de tamaño grande, las sardinas se alimentan únicamente de plancton, peces pequeños y crustáceos, por lo tanto no concentran metales pesados como mercurio u otros.
Además de ser un plato super sabroso, esta receta tiene un perfil nutricional más que interesante.
¿Qué necesitas para preparar este paté de sardinas?
Ingredientes:
2 latas de sardinas en aceite de oliva escurridas
perejil fresco
100 gr. de queso crema o crema de anacardos (remojados día antes)
1 cuchara sopera de mantequilla eco
1 cuchara pequeña de mostaza Dijon
zumo de medio limón
Trituramos todo y listo. Servirla fría.