¿A quién le gustan las sardinas que levante la mano?
¡Yo la primera! De lo que no soy tan fan es de prepararlas frescas en casa. Pero hay otras opciones, mucho más fáciles e ricas como este paté de sardinas. Lo mejor de todo es que no implica muchas horas para prepararlo, algo muy a tener en cuenta con la falta de tiempo que tenemos.
Si te gusta dipear, ¡te encantará! En invierno la acompaño con unos chips de boniato hechos al horno. Y en verano con crudités como pepino, apio, zanahoria, o encima de unas tostadas.
Por cierto, ¿sabías que el nombre de Sardina proviene de la isla de Cerdeña, (Sardinia en latín)? Se dice que antiguamente en las costas de esa isla italiana había sardinas en abundancia, de allí su nombre.
A diferencia de otros pescados azules de tamaño grande, las sardinas se alimentan únicamente de plancton, peces pequeños y crustáceos, por lo tanto no concentran metales pesados como mercurio u otros.
Además de ser un plato super sabroso, esta receta tiene un perfil nutricional más que interesante.
¿Qué necesitas para preparar este paté de sardinas?
Ingredientes:
2 latas de sardinas en aceite de oliva escurridas
perejil fresco
100 gr. de queso crema o crema de anacardos (remojados día antes)
1 cuchara sopera de mantequilla eco
1 cuchara pequeña de mostaza Dijon
zumo de medio limón
Trituramos todo y listo. Servirla fría.
¿Qué beneficios tienen las sardinas para tí?
Las sardinas pertenecen al grupo de pescados azules y destacan por su alto contenido en ácidos grasos Omega-3 EPA y DHA ¿Porqué necesitamos Omega-3?. Son esenciales para nuestro organismo ya que no los producimos. Tienen propiedades antiinflamatorias necesarias para combatir la inflamación crónica que hay detrás de muchas patologías y que es una de las  principales causas del envejecimiento prematuro.
Las sardinas son ricas en proteínas, nos aportan una buena cantidad de aminoácidos esenciales. Nuestro cuerpo usa los aminoácidos para crear nuevas proteínas, que sirven de base para la mayoría de las células y estructuras del cuerpo. Las proteínas forman la base de los músculos y los tejidos conectivos, anticuerpos que mantienen fuerte nuestro sistema inmunológico y transportan proteínas que llevan el oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo.
Es rica en vitamina B12 que promueve el bienestar cardiovascular ya que está íntimamente ligada a mantener en equilibrio los niveles de homocisteína; la homocisteína puede dañar las paredes arteriales, siendo los niveles elevados un factor de riesgo de aterosclerosis.
Las sardinas también son una fuente rica de  Vitamina D  necesaria para la salud ósea ya que ayuda a incrementar la absorción de calcio. Ricas en fósforo, un mineral que es importante para fortalecer la matriz ósea. Además, sabemos que los niveles de homocisteína altos están relacionados con la osteoporosis, la vitamina B12 de las sardinas completa su repertorio de nutrientes que apoyan la salud ósea.
Y por cierto, ¿sabías que las sardinas tienen tres veces más calcio que la leche de vaca?
Creo que te he dado razones más que suficientes para comer sardinas, si aún no las has incluido en tu alimentación. Te invito a que pruebes hacer este paté de sardinas y me cuentes qué te ha parecido.